Las ciudades históricamente han definido a las sociedades a lo largo y ancho de nuestro planeta, plantear una definición exacta es una tarea compleja puesto que está sujeta diversas interpretaciones, sin embargo como ejercicio es posible describirlas para así darle sentido a un entorno en el cual millones de personas hacen vida diariamente.
Un interior sostenible nace como respuesta a la preocupación y a la sensibilidad de el/los usuario/s por crear un espacio habitable, saludable, que se encuentre en armonía con el ambiente.
Actualmente América Latina sufre los embates del fenómeno “El Niño”, mientras unos países atraviesan un período de sequía extrema, otros simplemente sufren por exceso de lluvias torrenciales. Aunado a esto, el cambió climático acentúa aún más los efectos de este fenómeno de carácter cíclico, llegando a afectar, a cada uno de los países a muchos niveles, entre ellos el energético.
Las nuevas construcciones que se diseñan o se edifican deben ser adaptadas a la realidad mundial, donde el planeta está exigiendo protección. El daño que se le está haciendo a la casa de todos no es falso, el cambio climático es totalmente notable y es lamentable que no se tomen acciones para ayudar a disminuir la aceleración de estos cambios. La responsabilidad no es solo del gobierno, es hora de dejar de ver a los entes gubernamentales como el genio de la lámpara que debe llegar a resolver los problemas nacionales e internacionales.
A principios de siglo pasado Le Corbusier planteó soluciones habitacionales para resolver el problema de la vivienda en pleno éxodo migratorio hacia las ciudades industriales del momento.
El Sol lleva millones de años supliendo al planeta de energía, es nuestra gran estación de combustible gratuito, la gran mayoría de los procesos que se llevan a cabo en la naturaleza requieren de un consumo de energía que siempre se ha visto cubierto gracias al potencial del astro rey. La interacción entre la radiación solar que calienta al planeta, ha derivado en distintos procesos como lo son los vientos, las mareas o el mismo crecimiento de vegetales y animales que con el pasar de millones de años derivaron en combustibles fósiles.
La sociedad actual se enfrenta a unos retos que amenazan con cambiar el mundo tal como hoy lo conocemos. Los avances tecnológicos marcan la pauta de este crecimiento acelerado en la ya denominada “Era de la Información”.
La forma en que los países obtienen y administran sus recursos energéticos debe llevar consigo un compromiso de seguridad y respeto con el medio ambiente. Es de saber que no todas las legislaciones contemplan políticas claras de Eficiencia Energética, y también que en muchos casos no existen regulación mínima. En Latino América existen evidentes vacíos comparativos con otras partes del mundo, aunque como veremos a continuación existen intentos serios de mejorar la situación.
LEED es un programa de evaluación que reúne diferentes medidas con la intención de incorporar atributos sustentables a los proyectos.
Si bien es cierto que las necesidades actuales y futuras en relación a la energía se encuentran enfocadas en base a dos lineamientos muy importantes como lo son el uso racional y consciente de la energía (Eficiencia Energética) y el implementar energías renovables, con el fin de obtener una instalación eléctrica eficiente (industriales, residenciales, comerciales, etc.). Donde el primero de estos lineamientos (la eficiencia energética), desde un punto de vista técnico plantea dentro de su ciclo de vida la mejora de la productividad o la optimización del consumo mediante la incorporación del control y automatización.
Los recursos renovables son aquellos que pueden ser utilizados de manera continua y permanente para producir energía, la naturaleza de estos recursos es considerada infinita e inagotable. Las fuentes de energía renovable son aquellas que provienen de estos recursos y tienen su origen en procesos naturales, siendo posible reponer esta energía a una tasa mayor de la que es consumida. Dentro de este tipo de fuentes de energía se encuentran la energía solar, la hidráulica y la biomasa.