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La certificación LEED (Liderazgo en Eficiencia Energética y Diseño Sustentable por sus siglas en inglés) es conocida a nivel mundial por su aporte al desarrollo de construcciones sustentables.

Cuando hablamos de LEED surgen muchos temas que debemos considerar entorno al diseño, construcción y mantenimiento de un espacio o edificio. Así bien, la certificación nos permite entender cuáles son  los aspectos más relevantes de la propuesta, de manera que se logre un proyecto de óptimo desempeño en el uso de los recursos naturales, de mejores condiciones para los usuarios, y  de máxima rentabilidad  económica.

En tal sentido, LEED representa una herramienta útil y eficaz para guiar a todas las partes involucradas del proyecto, que buscan incorporar prácticas sustentables. Empezando por la idea del inversionista, los proyectos de los especialistas, la ejecución en obra, e incluso, la ocupación y operación de las instalaciones.

Cada etapa del proyecto puede significar una oportunidad valiosa para aplicar las medidas necesarias, aunque lo más recomendable es hacerlo desde el inicio de la propuesta, evitando costos adicionales por cambios posteriores. Sin embargo, también es cierto que algunas estrategias implementadas durante el funcionamiento, no requieren costos importantes y contribuyen al objetivo de sustentabilidad.

Beneficios

Otras de las ventajas que ofrece la certificación LEED, además de ser una referencia confiable en cuanto a parámetros sustentables, es el reconocimiento internacional que hace tangible el esfuerzo realizado. Tomando en cuenta que la incorporación de atributos sustentables, colabora con el cuidado del medioambiente, el bienestar de los ocupantes y el crecimiento económico responsable; se proyecta una imagen positiva del proyecto que responde no solo al interés particular, pero que además favorece al entorno.

Adicionalmente, entre los beneficios que otorga LEED,  se destaca el ahorro de los costos operacionales; entendiendo diferentes factores que influyen a lo largo de la vida útil del proyecto.

Así por ejemplo, si evaluamos las circunstancias actuales de los servicios básicos en el país, encontramos la necesidad de reducir la dependencia del suministro, y procurar opciones que cubran la demanda; bien sea por sistemas de respaldo (plantas eléctricas y tanques de agua) o tecnologías alternativas (recolección de aguas de lluvia y paneles solares) pero, incluso con el uso de artefactos y equipos eficientes, se ayuda a reducir el consumo y, por consiguiente, se disminuye la escala, en tamaño e inversión, de los sistemas de apoyo.

Más aún, si visualizamos el proyecto como una estructura perdurable, nos damos cuenta que la importancia de lograr una alta eficiencia en el uso de recursos, además de aliviar la coyuntura actual, pasa por una tendencia mundial de sustituir la cultura del derroche energético, por una política más responsable con el medio ambiente, el cambio climático, las futuras generaciones, el desarrollo económico competitivo, a partir de la generación de energías renovables, entre otros principios que pretenden soluciones válidas a largo plazo.

En Conclusión

Por otra parte, la certificación LEED contempla un plan de mantenimiento y operación que sirve para llevar una revisión completa y constante de las instalaciones. Ello, a su vez, reduce los costos asociados a reparación, ya que identifica a tiempo posibles fallas y previene situaciones inesperadas.

De igual forma, la selección de equipos y materiales sustentables, prolongan la vida útil del proyecto y compensan el presupuesto de mantenimiento, a través de la durabilidad de sus componentes y la reducción de los recambios.

Finalmente, obtener la certificación LEED, proporciona un argumento sólido para la campaña de publicidad del proyecto, al exponer los diferentes atributos sustentables de forma clara y precisa; resaltando el valor agregado de la propuesta, a partir de la rentabilidad de las instalaciones y confort de los ocupantes.

Escrito por:

Maria Paolini