Por años habitamos en ciudades que se colapsaban por el tráfico, la basura, el mal uso del alumbrado eléctrico, la falta de planificación en obras públicas al ejecutar mantenimientos, no se media la calidad del aire que respiraban los ciudadanos y se desconocía la información valiosa que se generaba diariamente, por estas necesidades, comenzó a surgir la conciencia sobre el cuidado de la tierra y una mejor planificación que incluye a los gobiernos y ciudadanos.
Con el abaratamiento, miniaturización y modernización de la electrónica de consumo, y el abaratamiento aumento de internet ha ido emergiendo una tendencia hacia la interconexión de dispositivos de todo tipo y de diferentes capacidades a internet para cumplir un propósito determinado por su diseño, y cuyo uso hace la vida más fácil.
Actualmente, en las ciudades de todo el mundo se puede observar numerosas dificultades en la gestión de sus recursos. Se ha convertido en un reto garantizar los servicios básicos de forma óptima en los numerosos urbanismos originados por el incremento exponencial de la población. La aglomeración de tantas personas en un espacio reducido impacta en su propia calidad de vida. Los problemas más comunes son el crecimiento del desempleo, la escasez de recursos y el costo de los servicios. A partir de estas dificultades, se origina la iniciativa de crear ciudades económicamente, socialmente y ambientalmente sostenibles, las Smart Cities.
Las empresas tecnológicas y los emprendedores cuentan con un espacio de mercado emergente gracias al concepto de Smart Cities (Ciudades Inteligentes). Solo un grupo reducido de ciudades en el mundo cuentan hoy con tecnologías que fomenten la movilidad, la comunicación, la eficiencia energética o la interacción ciudadana.
Dentro de esta economía global, la competitividad y la flexibilidad de las empresas son necesarias para poder trabajar en un mercado internacional. Hoy en día las empresas deben ser capaces de innovar y mejorar su competitividad en el mercado. Aquellas empresas que no son capaces de adaptarse a estos cambios corren el riesgo de perder cuota de negocio, llegando incluso a desaparecer.