La automatización de edificios permite mejorar los procesos técnicos cotidianos, simplificando algunas tareas rutinarias y logrando mejorar la calidad de vida de los usuarios, así como la gestión interna de dicha infraestructura.
La mayoría de los edificios están equipados con subsistemas que funcionan de forma aislada, lo cual implica que haya un mayor consumo de energía y aumenten los costos operacionales y de mantenimiento.
La especialidad de instrumentación y control tiene su origen en el campo industrial y nace de la necesidad de optimizar el recurso humano, materia prima y facilitar la elaboración de productos finales. Luego se lleva al campo residencial y a edificaciones en las cuales la necesidad de mejora continua ha exigido que el grado de automatización de estas infraestructuras evolucione constantemente.
En muchas ocasiones en el proceso de diseño, aprobación y ejecución de proyectos de construcción de edificaciones, el factor económico siempre marca la pauta en la toma de decisiones. Esto no quiere decir que se debe dejar a un lado y no tomar en cuenta el presupuesto que existe para realizar dicha inversión. Por el contrario, la idea es buscar la solución costo-efectiva mas balanceada entre el desembolso inicial y los beneficios que se obtendrán a largo plazo.
El sector edificaciones, específicamente su operación asociada a consumo de energía, es responsable de aproximadamente el 19% de las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero (GEI), en términos de toneladas de dióxido de carbono-equivalentes, según reporta el IPCC en su quinto informe en el año 2013 (IPCC, 2014).